domingo, 20 de enero de 2008

No es una gran evasión

Y parece que Atreyu ha muerto con todo el reino que quería defender porque la ficción ha muerto y sólo ésta se propone para un puñado de frikis roleros o para un público infantil/infantiloide. Quizás la respuesta esté en que de por sí la realidad que nos toca vivir ya es complicada, kafkiana y un poco dadaísta por ello, leer algo que alude a una realidad verídica (que no verdadera) nos ayude a comprenderla o sentirnos acompañados en sensaciones y sentimientos más cercanos. Así nos puede hacer sentir más reconfortado la historia de una persona aburrida y rutinaria enamorada de su vecina de enfrente en cuya cama pone un letrero “todos menos tú” que una historia de una princesa encerrada en un castillo y custodiada por un dragón mágico con su correspondiente mágico tesoro (porque todos sabemos que las princesas encerradas no existen).
Y por último, el registro que debe dominar en una novela actual es el humorístico. Ya nadie quiere llorar con Corín Tellado o desenvainar kleenex con Danielle Steel si no que ése lector actual del que habla Verdú es un receptor que siempre tuvo un mal día y prefiere el humor como vía de escape.

1 comentario:

oscarhipertext dijo...

Yo cuando leo una novela lo que busco es entretenerme y reconozco que no busco que lo haga de una determinada manera. Puede ser una historia realista o fantástica. Tiene que engancharme. Incluso una historia de amor. Si un espectador o lector puede escoger como desarrollar una historia que está leyendo, sería un paso para satisfacer sus necesidades. Sería un hipertexto con un objetivo.